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1. Separá las flores y haceles un corte en cruz en la base (como muestra la foto), esto permite que la parte del tallo quede más tierno al cocinar.


2. Cociná destapado en una olla con agua hirviendo. Esto es importante para que se evaporen los ácidos orgánicos y no quede el sabor característico a brócoli concentrado.


3. Si no querés que largue olor, podés agregar el jugo de medio limón o un chorrito de vinagre de alcohol al agua hirviendo antes de colocar el brócoli.


4. Herví por 3-4 minutos. Fijate que siga color verde brillante (pocos minutos, más nutrientes), colá y enfriá con agua fría (así detenemos la cocción).


5. ¡Aprovechá las hojas! Lavalas, retirales las nervaduras y mezclalas en tus ensaladas verdes, o usalas en cualquier preparación cocida igual que si fuera espinaca.

El brócoli también se puede hacer al vapor, salteado, al horno o incluso comer crudo (previa desinfección), pero hervido es la forma que da menos gases intestinales.